Desde muy pequeño, siempre me ha fascinado el deporte. Principalmente, aquellos que se realizan en equipo como el balonmano o el fútbol.
Cuando tenía 4 años me inscribí en un club de balonmano para, simplemente pasarlo bien. En realidad el deporte que me apasionaba era el fútbol pero a mis padre no les gustaba mucho, ya que es de los deportes más comunes entre los niños de mi edad, en aquella época. En verdad se me daba bastante bien.
Durante los 6 años que lo practiqué logramos objetivos bastante importantes, pero yo con mi temprana edad no me daba cuenta. Solo jugaba para entretenerme. Hice muy buenas amistades que se trasladaron a mi vida fuera del deporte.
Esta etapa se acabó tras decidir incorporarme a otro club, pero en este caso, se trataba del fútbol. Me dio bastante pena dejar lo que había estado aprendiendo durante tantos años, pero mi sueño imposible de brillar junto a un balón rodando por el suelo junto a otros 10 jugadores, me llevó a tomar un camino alternativo.
Con 10 años hice mi primer entrenamiento de fútbol. Me gustó un montón y seguí adelante hasta el día de hoy. Es cierto que en estos 6 años no he conseguido nada tan importante como antes, pero la verdad es que este es el deporte que me apasiona y que me permite invadir todo ajeno a él. Muchas veces pienso en el futuro "prometedor" que me esperaba que muchas veces me repitieron, pero, si esta es la pasión que de verdad me llena, ¿Por qué dejarlo?
Con esto, querid@s lectores, os aconsejo que en este tipo de situaciones, nunca decidáis ni con la cabeza ni a raíz de lo que os aconseje el resto.
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